EL BLOG DE LAS JORNADAS

miércoles, 21 de octubre de 2015

31. Las lágrimas del cazador, por Fedra Marcús Broncano

Eras una Diosa, ahora eres una estatua, con tu dignidad intacta.
Nunca descendiste  a la tierra donde yo sufría. No me diste ese consuelo.
Mientras duró nuestra historia, jamás conseguí una mirada, una sonrisa,  siquiera ver miedo en esos ojos verdes que veneraba. Cuando llegaba el momento los cerrabas con fuerza, dejando mi mundo a oscuras sin su luz. 
Ahora estás ahí, silenciosa y helada. Veteada en púrpura tu cara hermosa de náyade dormida.
Te llevo a la bañera, no pesas, pero siento que mis fuerzas son insuficientes. Es el peso de mi culpa el que me aplasta.
Limpio tu pelo ensangrentado, beso tus párpados vacíos y miro las esmeraldas de tus ojos, preservada su luz eternamente en el frasco número trece. Te descuartizo. Lloro tu pérdida, te odio, te amaba. Hoy volveré a cazar.


Fedra Marcús Broncano.

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